Descubre como identificar un ataque de ansiedad antes de que ocurra. Estas cinco señales físicas y emocionales pueden ayudarte a frenarlo a tiempo.
Los ataques de ansiedad pueden aparecer de forma repentina, pero tu cuerpo siempre te avisa antes. Si aprendes a escuchar esas alertas tempranas, podrías prevenir el colapso emocional que afecta a millones de personas cada día.
Cabe destacar que, es una forma extrema de respuesta al estrés, en la que el sistema nervioso entra en “modo de alerta”, como si estuvieras en peligro inminente.
No es lo mismo que un trastorno de ansiedad generalizada, aunque pueden estar relacionados. Un ataque de ansiedad suele ser breve (de 10 a 30 minutos), pero muy intenso.
Aquí te vamos a explicar como detectarlo antes de que escale.
1. Opresión en el pecho o dificultad para respirar
Este es uno de los primeros síntomas físicos. Sientes que no puedes llenar bien los pulmones, como si algo te presionara el pecho.
Asimismo, sientes aceleración del ritmo cardiaco, aunque estés en reposo, puedes sentir que tu corazón late con fuerza o rapidez. Estos ocurre por la liberación de adrenalina, como parte de la respuesta del cuerpo al estrés.
No es un problema del corazón, es ansiedad. Reconocerlo a tiempo puede ayudarte a no entrar en pánico.

2. Mareos o sensación de desmayo
La hiperventilación y la tensión muscular pueden hacerte sentir que todo gira o que te vas a caer. En este caso, es el sistema nervioso activando la alerta.
Cuando esto te suceda, detente, párate, respira profundo y busca estabilidad.
3. Pensamientos acelerados y catástrofes
Tu mente empieza a imaginar lo peor: que te vas a morir, que te dará un infarto, que algo malo te va a suceder.
Cuando la mente no se detiene y saltas de un pensamiento a otro, es una señal clara. Esta “sobrecarga mental” suele estar siempre acompañada de qué algo va a pasar, aunque no haya una razón clara.
4. Náuseas o malestar estomacal
El sistema digestivo también se ve afectado. Algunas personas experimentan un “nudo en el estómago”, náuseas o cambios en el apetito justo antes de un episodio.
5. Tensión muscular persistente
La ansiedad mantiene al cuerpo en un estado de “alerta”. Si notas rigidez en el cuello, hombros o mandíbula durante el día, sin haber hecho ningún esfuerzo físico, puede ser una señal anticipada de ansiedad acumulada.

¿Qué hacer si reconoces que presentas estas señales?
- Detente por un momento, deja de hacer lo que estas haciendo y respira profundo, de forma controlada.
- Haz una pausa de cinco a 10 minutos en silencio.
- Escribe lo que sientes para identificar patrones.
- Busca ayuda profesional si estos síntomas sin frecuentes.
El cuerpo es sabio y muchas veces habla antes de que explotes emocionalmente. Escucharlo y determinar estos síntomas puede ayudarte a evitar un ataque de ansiedad.
Estar atento a estas señales te permiten prevenir, actuar con calma y cuidad tu salud mental.
¿Qué causa un ataque de ansiedad?
Los ataques de ansiedad pueden desencadenarse por múltiples factores como:
- Estrés crónico
- Traumas no resueltos
- Problemas personales o laborales
- Consumo de cafeína o estimulantes
- Falta de sueño
- Trastornos de salud mental (pánicos, fobias)
En algunos casos, el cuerpo reacciona de esa forma sin ninguna causa clara. Esto no significa que el peligro sea real, pero la experiencia si lo es.
¿Cuándo buscar ayuda profesional?
- Si los ataques son frecuentes o impredecibles
- Si te limitan para hacer tu vida diaria
- Si sientes miedo constante de que vuelvan a presentarse los síntomas
- Si están acompañados de depresión o pensamientos negativos extremos
Un psicólogo o psiquiatra puede ayudarte a manejarlo con terapia cognitivo-conductual, medicación si es necesario y técnicas de autorregulación.

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